
Oviedo se convirtió este jueves en el epicentro de la tradición asturiana con un escanciado simultáneo que unió dos de sus mayores orgullos: la cultura sidrera y el Camino Primitivo, ambos reconocidos por la UNESCO. Centenares de personas, entre ovetenses y visitantes, participaron en este emotivo acto organizado por Otea, que tuvo que ser pospuesto semanas atrás por la lluvia y que finalmente se celebró bajo un ambiente festivo frente a la Catedral.
Más de 400 botellas y una ovación para Alfonso II
Las más de 400 botellas de sidra natural ofrecidas por la organización volaron en minutos. El momento más simbólico llegó con la aparición del rey Alfonso II el Casto, encarnado por el actor Ramón Langa, quien arrancó los aplausos del público con un enérgico mensaje: “Trabajemos por nuestra sidra, defendamos lo nuestro y proyectémoslo al futuro”. En su discurso, reivindicó la ceremonia del escanciado como “una seña de identidad única y diferenciadora”.
Reivindicación de lo propio
La jornada fue también un homenaje al décimo aniversario del reconocimiento del Camino Primitivo como Patrimonio Mundial. El presidente de Otea y de Hostelería de España, José Luis Álvarez Almeida, subrayó que “cada chorro de sidra que cae en el vaso es un latido de nuestra tierra”, mientras que la directora general de Agricultura, Begoña López, remarcó el papel de la sidra como emblema de Asturias “dentro y fuera de nuestras fronteras”.
Por su parte, el concejal de Turismo de Oviedo, Alfredo García Quintana, destacó la simbología del emplazamiento del evento: “Aquí nace el Camino. Y aquí también debe vibrar el corazón de nuestra cultura sidrera”.
Tradición y literatura
La Banda de Gaitas “Ciudad de Oviedo” acompañó con el Himno de Asturias el escanciado colectivo, en una postal que conjugó emoción, historia y reivindicación. Como broche cultural, la dramaturga Marga Llano presentó su libro El primer peregrino en el Palacio Ruaquince, una obra inspirada en el viaje de Alfonso II que da nombre a las fiestas que estos días se celebran en la ciudad.
Oviedo, capital del orgullo sidrero
Este escanciado simultáneo no fue solo un gesto festivo, sino también un acto de reafirmación. Así lo expresó Julio Álvarez, asistente con camiseta del Real Oviedo: “Ascendimos en el fútbol y hoy celebramos lo nuestro en la calle. Asturias ye sidrera, y eso hay que enseñarlo con orgullo”.
Con este evento, Oviedo revalida su compromiso con el patrimonio inmaterial y se proyecta al mundo como capital de una cultura que no solo se bebe, sino que también se vive.