• Vie. Oct 10th, 2025

El traje tradicional de Cabranes se incorpora al Patrimonio Cultural Inmaterial de Asturias

El Gobierno del Principado ha declarado el traje tradicional de Cabranes como bien integrante del Censo del Patrimonio Cultural Inmaterial de Asturias, un reconocimiento que refuerza el compromiso institucional con la conservación de la identidad y diversidad etnográfica del territorio.

La decisión, adoptada por la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Deporte, pone en valor una indumentaria femenina única, vinculada a las celebraciones religiosas y festivas del concejo, especialmente a la ofrenda del ramu en El Carmen de Torazu, considerada la mayor procesión de ramos de Asturias y declarada Fiesta de Interés Turístico del Principado.


Símbolo de identidad colectiva

El traje destaca por su carácter sobrio y monocromático, con piezas como el jubón entallado, el delantal negro, las medias oscuras y, sobre todo, el dengue con pico sobre el pecho, una prenda distintiva que realza la silueta femenina y diferencia este atuendo de otros trajes regionales. Se completa con un pañuelo de seda estampado en la cabeza y otro blanco de hilo en el hombro para portar el ramo.

La consejera Vanessa Gutiérrez ha subrayado que esta protección supone “un acto de reconocimiento a las singulares prendas tradicionales usadas en el ritual del ramu en Cabranes, así como un agradecimiento a una comunidad que, con orgullo y compromiso, logró recuperar una tradición que estuvo a punto de desaparecer”.


Una tradición recuperada desde la ciudadanía

La recuperación del traje comenzó en los años noventa con investigaciones etnográficas, y se consolidó a partir de 2014 gracias al programa Alcordanza: historia, cultura y tradición, desarrollado por el Museo de la Escuela Rural de Asturias y el Ayuntamiento de Cabranes. Desde 2018, se han realizado talleres intergeneracionales que han contribuido a revivir su uso en las festividades locales, con amplia implicación social.

Este proceso participativo ha sido clave para que la indumentaria volviera a tener protagonismo en eventos como el Rosariu de Santolaya, el Carmen de Arboleya o Xiranes, aunque su máxima expresión sigue siendo en Torazu, donde desfilan más de 30 ramos cada año.


Con esta medida, el Ejecutivo autonómico refuerza su estrategia de dar visibilidad y futuro a las manifestaciones culturales tradicionales, reconociendo el papel esencial de los concejos rurales y del tejido asociativo en la transmisión de la memoria colectiva.

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